La palabra es un regalo. Un precioso don derramado en las entrañas de aquellos que aún tratan de apresar la verdad. Es un presente inesperado, inmerecido, a veces desconocido, oculto.

Una de las mayores satisfacciones del maestro es descubrir el poder, los dones, las capacidades que se encuentran dormidas en sus alumnos. Descubrirlas y re-conocer su valor, su potencial, el inmenso poder de lo inmerecido, de lo otorgado, del don.García Márquez pidió en el último congreso del ya anciano idioma español que escribamos, y que escribamos bien... para esos millones y millones de lectores ávidos por encontrar en las palabras algo más que promesas o esperanzas de consumo. Que escribamos bien, que mimemos las palabras, que pongamos en el cajón de los regalos el más preciado, el más frágil, el más etéreo, el don de (enseñar) la palabra.







martes, 2 de diciembre de 2014

EL OTOÑO

ARROPANDO EL OTOÑO

Cerrar los ojos. Respirar aire puro. Percibir como el cierzo recorre tus párpados y los acaricia suavemente. Abrir los ojos, mirar a ambos lados y toparte con árboles de tonos cálidos, arropándote y protegiéndote del frío. Escuchar el crujido de las hojas al caminar, formando una melodía otoñal con el piar de los pájaros. Observar como las hojas bailan al son del fuerte silbido del viento. Admirar como, en pocos instantes, los árboles quedan destapados de su vestimenta y las hojas caen recubriendo el suelo desnudo.
Sensaciones que solamente se pueden experimentar en una estación del año.El otoño.
          Sofia Rodrigo Bonet



   Serenidad. Eso es lo primero que pienso cuando mencionan el otoño. Una época de bonitos paisajes. 
Los colores cálidos inundan los campos.
También me vienen a la cabeza bonitos recuerdos de mi infancia. Los días en el campo con toda la familia,un picnic, las coronas de caña y flores que me hacía mi madre.
  Esta imagen representa claramente lo que es el otoño:  una coreografía de hojas que caen al suelo tras unos segundos en el aire. Marrón, naranja y amarillo. Es una sinfonía de colores. Ni una sola hoja igual.
  Otoño. La estación más acogedora del año. Ni frío ni calor, amigos y familia. Y esto en conjunto, me produce una gran felicidad. 
                                                                       Belén  Montaner





La rebelión del otoño:

Las hojas caen. 

Forman un manto de colores naranjas, amarillos y rojizos que no dejan ver ni un milímetro del suelo artificial.

Un muro de escasa altura, empieza a ser cubierto por las prendas de los árboles. No deja ver más allá de sí mismo...  Es un egoísta, como los que lo crearon. 

Pero los árboles no están todavía desnudos. No lo estarán hasta que cumplan su misión, la de tapar todo lo artificial. Todo lo que apareció de la nada, y les quitó su lugar.

Se ven árboles delgados, débiles... Pero no terminará así nada. Esto solo es parte de su protesta. La protesta contra esas rojas y blancas casas, y aquel muro  que tapa a sus compañeros.

Parece que el cielo se pone de su parte, de un amarillo más pálido que esos mantos producidos en otoño.

El otoño no es una estación cualquiera, es la época en la que la naturaleza se rebela.

                                                                         Inés Vaquero Martínez